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Artículos
CHIMBOTE Y LOS ORÍGENES DE LA CIVILIZACION AMERICANA Michael Moseley
El río Santa en Perú es el de más grande caudal de la costa, y sus áreas litorales y grandes bahías adyacentes juegan un papel clave en la economía del país hoy en día...
ARQUEOLOGÍA E HISTORIA 01-01-2011
 
El río Santa en Perú es el de más grande caudal de la costa, y sus áreas litorales y grandes bahías adyacentes juegan un papel clave en la economía del país hoy en día. La primera visita que hice a la región fue en 1966 y quedé impresionado por su riqueza y por el crecimiento de Chimbote, una vibrante y cercana ciudad sostenida por la explotación de abundantes recursos pesqueros. Si el mar pudo cambiar a Chimbote de ser un pueblo pequeño hasta constituirse en el primer puerto pesquero del mundo, entonces uno se tendrá que preguntar, ¿qué rol jugó la pesquería para los antiguos habitantes del borde marino costero del Pacífico Sudeste Central, durante los orígenes de la civilización americana? Durante mucho tiempo esta pregunta ha sido el tema de investigaciones arqueológicas tanto en Perú como en Chile.

                La hipótesis que propone la Maritime Foundations of Andean Civilization o MFAC relata que miles de años atrás la abundante pesquería andina explica el desarrollo y crecimiento de las primeras poblaciones en el litoral, desde grandes comunidades sedentarias hasta la conformación de sociedades complejas y el definitivo establecimiento de la civilización costera. En las décadas de 1960 y 1970, un pequeño número de científicos y eruditos americanos, rusos y de la región andina, trabajaron independientemente unos de otros1.


                En 1975 propuse la hipótesis de la existencia de evidencia que lashuacas' habían sido construidas como un asentamiento temprano en las costas del Perú. Dicho estudio incluyó: Las Salinas de Cao, zona al norte de Chimbote, y Áspero, de 15 hectáreas de extensión, que incluye seishuacas' ubicadas cerca de Puerto Supe. La falta de cerámica, típica de los ocupantes posteriores de estos establecimientos corresponde al tiempo arqueológico conocido como precerámico o época arcaica tardía. Inicialmente se determinó que esta época contiene escasa evidencia sobre la existencia de Kurakas', o altas élites que posteriormente se supo que se sucedían hereditariamente en el gobierno, que es una característica de las posteriores y más avanzadas culturas como la Moche o la Nazca. Es por ello que la MFAC propuso que las tempranas sociedades pesqueras fundaron y desarrollaron la organización de la civilización costera2. Posteriormente aproximadamente en el 1800 a. C. con la introducción de la cerámica, el intenso cultivo de materias primas, y la construcción de sistemas de irrigación a gran escala, se reconoce la consolidación de la civilización prehispánica.


                La propuesta que las sociedades de pescadores fueron capaces de evolucionar en el umbral mismo del inicio de la civilización, es radical, y por tanto criticada como un imposible económico. Tengo el placer de informar que nuevas investigaciones demuestran que las hipótesis originales subestimaron los logros evolutivos de las primeras sociedades del borde marino costero del Pacífico Sudeste Central. MFAC debe actualizar sus hipótesis temporales de modo de proveer fundamentos para la evidencia revolucionaria de la que habla la Dra. Ruth Shady, cuando dice que la civilización peruana se levantó en la tardía era arcaica. Ruth Shady ha generado una detallada hipótesis sobre el amanecer de las civilizaciones precerámicas con investigaciones pioneras en Caral y otros tempranos monumentos en el Valle de Supe3.


                Como antecedentes de este escrito haré un intento por parafrasear algunos de los componentes claves. Cuando la agricultura se desarrolló en el interior de los valles de la costa no pudo ser lógicamente combinada con la pesca, y las dos se convirtieron en profesiones separadas que fueron económicamente independientes. Élites administrativas se levantaron para coordinar la integración económica de las dos formas de adaptación especializadas. Así, los administradores asumieron el control directo de los inicialmente escasos productos que ofrecía el cultivo de la tierra. Esto aseguró el manejo de una población dependiente de la tierra, en tanto que el gobierno se ejercía en nombre de los dioses. Este fue un proceso que se repitió en varias islas que fueron centros monumentales. Así como en Caral, todos fueron centros sagrados donde los asuntos civiles eran también decididos bajo un manto teocrático. Sin embargo, Supe es un valle pequeño con una relativamente modesta condición para la agricultura, por lo que, la civilización tendió a difuminarse en gran número de sitios precerámicos, lo que es anormal en comparación con los tiempos prehistóricos tardíos. Esto es lo que refleja la movilización regional de labores y recursos que Shady ve como un estado de organización de tipo estatal, aunque de naturaleza teocrática. Volveré sobre los importantes descubrimientos de Shady después de abordar las observaciones introductorias de este ensayo sobre la pesca en la costa, sus sesgos evolutivos, régimen alimentario de los antiguos pobladores y el temprano desarrollo del litoral en Chile.


                Chimbote es un testimonio de que durante la segunda mitad del siglo XX la captura de pequeños peces de cardumen hizo que Perú y Chile se convirtieran en la segunda y cuarta nación pesquera en el mundo. La anchoveta y otros pequeños peces son productos similares a los de las sociedades litorales del precerámico, aunque otras especies marinas fueron también consumidas. Debemos considerar que en la mayoría de las costas del litoral del Pacífico Sudeste, se podía desarrollar una actividad pesquera, en tanto que menos del 10% del desierto era útil para la agricultura debido a la ausencia de ríos caudalosos como el Santa.


                De este modo la agricultura y la pesca se desarrollaron como actividades separadas, ya que un rendimiento adecuado de éstas sólo puede ser logrado con una alta dedicación a una de ellas. La pesca está gobernada por las fases lunares y las corrientes, lo que no es congruente con la agricultura, que se rige más bien por ciclos solares y temporadas de lluvia. La organización económica es también diferente. La agricultura, dada la irregular topografía de las tierras, tenía que ser sostenida por largos sistemas de canales cuyo mantenimiento demandaba una gran fuerza laboral que además tenía que participar en el reparto de las escasas tierras. Alternativamente, y de manera artesanal, pequeños grupos podían pescar eficientemente a lo largo de toda la costa durante todo el año.


                En el tiempo en que los españoles conquistaron a los indígenas, la pesca y la agricultura eran todavía profesiones autónomas a lo largo de toda la costa. Existían poblaciones separadas que perseguían diferentes objetivos, y productos, en el intercambio comercial. Los matrimonios se realizaban entre pobladores que desarrollaban las mismas tareas; entre las poblaciones que se dedicaban a distintas tareas se hablaba en ocasiones diferentes dialectos. La especialización marítima utilizó los humedales del borde costero para cultivar totora y crear los utensilios para la pesca marítima. Sin embargo, ellos no cultivaban o pagaban impuestos o tributos en especies como los agricultores. Pero existía una relación simbiótica esencial entre estas dos profesiones, lo que facilitó el intercambio entre la proteína marítima y los carbohidratos de los cultivos agrícolas. La hipótesis de Shady dice que el levantamiento de esta interdependencia propagó el desarrollo de la primera civilización costera, la de Caral en Supe. Aun, antes del advenimiento de la agricultura, la pesca fue la principal forma de sobrevivir a través de la árida costa por muchos milenios. La gente extrajo productos marinos al sur del Perú, en lugares como Quebrada Jaguay y Quebrada Tacahuay, hace 12 000 años4.


                Estos comienzos hicieron que la pesca se convierta en la más antigua ocupación en el Perú, y una profesión que aún es de importancia nacional, y que está ejemplificada en el despertar al mundo de Chimbote, tal como lo señalan en detalle otros autores en este mismo libro.


                Cuando los españoles llegaron al Perú, prósperas comunidades pesqueras estaban simbólicamente alineadas frente a poblaciones agrícolas. En otras regiones donde las tribus pesqueras se desarrollaban, la agricultura estaba ausente. Coincidentemente, en Norte América exploradores europeos encontraron una gran cantidad de sociedades marítimas a lo largo del Golfo de Florida y sofisticadas jerarquías en el Pacífico Norte. Esto constituye una importante documentación etnohistórica que muestra el alto nivel de desarrollo entre los indígenas que incursionaron en la pesca.


                Desafortunadamente, la gente que vivía del mar era vista como gente sin leyes y sin cultura por la sociedad europea del siglo diecinueve. Los moralistas eruditos de la época victoriana estaban particularmente disgustados por los reportes que mostraban lo fácil que era para los nativos hacerse de productos marinos. Por ejemplo, un escrito anónimo que data de 1573 habla de la larga población marítima en Chincha " ... y parecía la población de esta gente una hermosa y larga calle llena de hombres y mujeres, muchachos y niñas, todos contentos y gozosos porque no entrando en la mar [a pescar], todo su cuidado era beber y bailar, y lo demás"5.


                Además, la cantidad de gente que podía vivir razonablemente, sin un gran esfuerzo, constituyó una afrenta para la burguesía protestante. El hecho de subsistir cómodamente sin cultivar los campos arduamente o trabajando en fábricas capitalistas era un anatema para los intelectuales que formulaban el discurso evolutivo contemporáneo. "Quitar una lapa de las rocas no requiere ninguna habilidad, salvo el más bajo nivel mental" pronunció Charles Darwin en Tierra del Fuego6.


                Considerar la extracción de productos marítimos como una profesión que no necesitaba de astucia, y declarar que los pescadores eran un grupo de escasos mentales -y por lo tanto incapaces de desarrollar una cultura- es un estigma que tiene sus cimientos en los principios fundantes de la teoría de la evolución social.


                Para Lewis Henry Morgan y su teoría del desarrollo social de 1877 expuesto en Ancient Society7, la tarea de labrar parcelas o trabajar en plantas industriales era nada menos que una penosa labor, una abominación ("Researches in the Lines of Human Progress From Savagery Through Barbarism to Civilization"). El tratado exponía el permanente axioma que sugería que la agricultura era un singular camino evolutivo para arribar a la complejidad cultural y la civilización. Notablemente, lo que caracterizó a las poblaciones pesqueras del Pacífico Norte fue el hecho de conformar una sociedad étnica más primitiva que sobrevivió en la tierra. Consecuentemente, en la jerarquía de las sociedades complejas, la del litoral, fue categorizada como salvaje, es decir, por debajo de simples bandas de cazadores migrantes y sólo marginalmente por encima de los primates ancestros de los humanos. Los postulados de Morgan influenciaron las teorías evolutivas socialistas de Federico Engels. Por ello, existe gente de diferentes credos políticos que han llegado a adoptar la idea de que la uniformidad en la dieta y consecuentemente en el comercio entre sociedades pesqueras, las condenaba a un callejón sin salida evolutivo, desafortunadamente para quienes pensaron así, este mito teorético esta completamente divorciado de la realidad económica que demuestra que la pesquería puede ser una profesión muy próspera, como se puede ver en Chimbote y sus puertos hermanos.


                Los pobladores de estas civilizaciones requerían proteínas para realizar las actividades que no estaban directamente relacionadas con la producción de alimentos. Restos de las dietas de estos antiguos pobladores permanecen en los desiertos de la costa, como restos de basura y estiércol fosilizado, generalmente bien preservados. Determinar qué comió la población de esta época requiere una delicada recuperación arqueológica de estos restos, recuperación que se realiza con una fina malla y un análisis microscópico, porque muchos de los restos se encuentran en pequeñas partículas, incluyendo los pequeños peces y semillas. Se han conducido detallados estudios respecto a la dieta de los pobladores del precerámico, indicando que la gente obtenía las proteínas del mar, de alimentos como la anchoveta y la sardina. La gente también consumió alimentos de las plantas. Semillas y pequeños peces pueden ser completamente consumidos, secados, enterrados en las comidas (pachamanca) o consumidos como harina o cereal. Es por ello que puede ser difícil determinar si los habitantes de los desiertos de la costa obtuvieron la mayor parte de sus calorías de recursos marinos o terrestres. La composición química y los isótopos estables de los huesos humanos es un punto importante para determinar las cantidades de productos marinos y terrestres que consumieron estos pobladores durante toda su vida. Análisis de estroncio y proporciones de isótopo estable en restos humanos de los pobladores precerámicos del Perú encontrados en La Paloma, documentan un alto consumo de productos marítimos, indicando que la mayor parte de sus calorías las obtenían del mar8. Las fechas de los restos encontrados en el lugar datan del tiempo ubicado entre el 6000 y 4000 a. C., en éstos se puede apreciar un abundante consumo de anchoveta y pequeños peces. Esta es la presencia dominante en los restos de los intestinos de 90 cuerpos encontrados en La Paloma. Estos también fueron dominantes en los restos de comida fosilizada y estiércol fosilizado.


                En el norte de Chile, los análisis de estroncio e isótopo estable han sido altamente defendidos por Agustín Llagostera9. La más temprana momificación artificial10 que se ha practicado en el mundo se dio en la población de Chinchorro entre 5000 y 2000 a.C. Éstos pescadores habitaron la costa desde el norte de Antofagasta hasta Ilo región del sur del Perú pasando por Arica. La mayoría de la población del Chinchorro fue enterrada en estado natural sin ninguna modificación corporal. A pesar de que la momificación artificial fue practicada por más de tres milenios, era bastante rara. El ejemplo, conocido de modificaciones corporales se encuentra en mas de 200 cuerpos y todos vienen de cementerios con entierros simples.


                Los procedimientos para la realización de la momificación artificial eran variables11. Estos van desde el cubrimiento con resina de fetos con una mínima invasión del cuerpo que removía los órganos para completar el desensamblaje del cadáver. Otros incluyen el desensamblaje y eliminación de los órganos y músculos , la molienda de la superficie de huesos articulares para facilitar el nuevo ensamblaje del esqueleto con ayuda de una vara de madera que soportaba el cráneo, tronco y extremidades.                


                La caña reemplazaba a los músculos de las extremidades y soportaba la piel repuesta. Los ojos, nariz y boca eran esculpidos en arcilla, la superficie del cuerpo era pintada y pelo humano era adherido a la cabeza.


                El producto final era como una estatua. En algunos casos las momias se encontraban accesibles a la manipulación ritual, lo cual dañaba el trabajo de momificación. Las momias eran enterradas en cementerios donde se sepultaba también cuerpos no momificados, los jóvenes momificados se mantenían con un aspecto juvenil al lado de los adultos que no eran momificados, normalmente los padres. Sin embargo, los cementerios donde se celebraban funerales de momias de niños y de adultos también existían. Uno de los descubrimientos reveló un entierro donde aparentemente se encontraron tres generaciones de una misma familia, que incluía niños, dos adultos en edad reproductiva y un anciano.12


                Significativamente, la mayoría de las momias son fetos o jóvenes, y una minoría adultos. La preponderancia de individuos inmaduros implica que el derecho del tratamiento mortuorio era una prerrogativa social heredada al nacer. El carácter hereditario era un privilegio, sello de una compleja sociedad naciente y un paso principal hacia la civilización. Sin embargo, incluso después de la introducción de la agricultura por irrigación, las sociedades costeras de la mayor parte del sur del Perú y el norte de Chile, no erigieron grandes huacas o monumentos arquitectónicos. En parte esto se debió a que los valles de esta región eran pequeños en comparación con aquellos del centro y norte del Perú que ofrecían mucho más potencial para el cultivo. A pesar de que el desarrollo del sur era simple, estaba firmemente enraizado en la adaptación marítima. Las momias de Chinchorro testifican, el factor hereditario de los privilegios de estatus y las diferenciaciones sociales. Además, los pescadores andinos, pueden estar orgullosos del hecho de que su profesión los inició en el arte de la momificación artificial, mucho antes que los antiguos egipcios la practicaran.


                Históricamente la pesca de anchoveta ha producido su más alto rendimiento en las aguas del centro y norte del Perú, con alta rentabilidad en la costa del Río Santa. No es una sorpresa que esta región del norte y centro fuera testigo precoz del desarrollo evolutivo. Alrededor de 1800 a. C., grandes estructuras arquitectónicas fueron erigidas en un buen número de asentamientos precerámicos. El MFAC originalmente propuso que este trabajo fue producto de organizaciones corporativas jerarquizadas, con una minoría de individuos dirigiendo a la mayoría. La innovadora investigación de Ruth Shady13, indica que la clase de líderes que residían en los establecimientos arquitectónicos de élite, encabezaban la cadena de comando en el área de Supe. Aquí la organización jerárquica estaba asociada al levantamiento de las ciudades, con la integración de los valles adyacentes y con la formación de Estados, como también con la cristalización de la civilización precerámica un milenio anterior de lo esperado, desarrollo que dio al Perú la cuna de la más antigua civilización de América. Este logro tiene inusuales bases, y éstas son la práctica temprana de la pesquería y la agricultura.

 

                El uso de la domesticación de plantas tiene una sustancial antigüedad en Sudamérica y la hipótesis marítima intenta modelar la relación entre la pesca temprana y el cultivo. Aunque las costas del Perú podían producir una pesca suficiente para alimentar multitudes, la subsistencia a través del uso de los recursos marinos dependía de los recursos terrestres. Inicialmente en los Estados más tempranos de la explotación marítima se usaba agua fresca y vegetación salvaje que no era abundante. Las plantas proveían fibras para las redes como también para la vestimenta. La vegetación natural también proveyó de madera utilizada para construir flotadores para las redes, para la construcción de casas y para la producción de fuego como combustible. La explotación finita de los recursos del desierto creció al mismo tiempo que la población marítima. Para alimentar a más personas las primeras civilizaciones peruanas intensificaron la pesca de la anchoveta y pequeños peces. Esto requirió ampliar la producción de las redes y de los artículos de pesca, pero eventualmente acabó con los limitados recursos de la vegetación natural del desierto. Para sostener la adaptación a la costa y al crecimiento de la población, los pobladores del litoral tuvieron que desarrollar alternativas para proveerse de recursos.


                La alternativa viable, como el cultivo de plantas fue bien establecida en el trópico incluyendo Ecuador y la cabeza del Río Zaña alrededor del 4000 a. C. Aquí los cultivos eran productos agrícolas que se usaban para alimentar a la gente. Significativamente cuando las poblaciones marítimas del Perú empezaron a comprometerse con el cultivo de plantas, pusieron énfasis en el cultivo de algodón, calabaza y árboles frutales, que sostuvieron la pesca con fibras, flotadores y maderas. Se enfocaron secundariamente en el cultivo de cosechas que alimentaban a la gente. Esto es un suceso único en los anales de las civilizaciones primarias. Sin embargo no es definitivo que el cultivo costero fuera iniciado por los pescadores con el propósito de producir cultivos esenciales para la adaptación marítima.


                Ensamblajes de los restos botánicos de los asentamientos precerámicos en la costa generalmente incluyen grandes cantidades de junco y totora, necesaria para crear esteras y utensilios para la pesca, al parecer estas plantas no domésticas fueron cultivadas en estanques de agua salobre y lagunas, después del 3000 a.C. El algodón perenne (que tiene ancestros salvajes en el norte del Perú) se convirtió en uno de los más ubicuos cultivos en las zonas del desierto. Bien conservadas, las fibras de algodón, semillas y partes de cuencos son abundantes. Árboles frutales como los de la guayaba, guaba, pacae , lúcuma y palta son comunes también, pero varían en tipo de zona en zona.


                Sin duda los árboles eran recursos importantes por la madera y fruta. La calabaza es un cultivo industrial que provee redes flotantes y cuencos en tiempos del precerámico. El calabacín, varios tipos de fréjol, palillo y ají están generalmente presentes también. Son menos comunes que los cultivos industriales pero más frecuentes que otros alimentos de primera necesidad.


                Los alimentos de primera necesidad son plantas domesticadas que producen abundante cosecha, que puede ser almacenada y consumida durante el año hasta la llegada de la próxima cosecha. Los productos básicos potenciales del precerámico incluyen a la achira, el camote , la jícama , el maíz, la papa y la yuca. Su presencia es bastante errática. En algunas zonas son inexistentes y en otras tienen más de tres variedades de especies, pero cada una es representada por pocas muestras. Normalmente las plantas se encuentran en buen estado de conservación en las costas, tanto en el precerámico como en los principios de la era cerámica. Es por ello que si los productos básicos agrícolas hubieran tenido una alta significancia en la dieta de las eras primarias cerámicas, sus restos habrían prevalecido en la misma cantidad que los restos de la yuca, las papas, el maíz u otras plantas alimenticias lo hicieron. Sin embargo, este no es el caso.


                Los campos y los trabajos de la agricultura del precerámico raramente sobrevivieron, pero sí sobrevivió la caña que creció en lagunas de agua salobre, encontradas en hoyos de totora excavados detrás de las playas, como la que se encuentra en Chincha. La domesticación de las plantas requería agua dulce, que estaba normalmente ubicada inconvenientemente lejos de las costas. Muchos de los productos básicos de la agricultura requieren un cuidado constante de la tierra y del cuidadoso proceso de la siembra y cosecha, así como del tratamiento. Significativamente, el cultivo más abundante encontrado en las costas del precerámico fue el que no requería de constantes cuidados. Los árboles frutales y el algodón son perennes y crecieron por años. Productos anuales como la calabacilla y el frejol eran vigorosos y pudieron ser sembrados y dejados hasta la época de cosecha. Esto le permitió a los pescadores cultivar en fases intermitentes.


                Los primeros cultivos presumiblemente crecieron en tierras donde existía un proceso de irrigación natural o tenía acceso cercano al recurso agua. Las plantas de los llanos en la costa eran regadas en la primavera por inundaciones o avenidas', y con simples canales en las partes inferiores. Las tierras altas eran irrigadas fácilmente en la primavera y con los puquios que se formaban en la boca de los valles donde la napa freática era alta. Por ello en ausencia de largos canales de irrigación, los terrenos favorables para la simple horticultura estaban limitados. Los ríos de la costa de los andes, como el río Santa generalmente cortan sus propios canales y descansan en incisiones profundas en la tierra o bancos. Consecuentemente, la tierra que es fácilmente irrigable, hoy en día, en los terrenos de la costa no llega al dos por ciento.


                El control de las escasas comodidades contribuyó también a la evolución de la organización jerárquica y la civilización. Los recursos marítimos del precerámico no eran un suplemento escaso y su explotación no estaba aún regulada. Sin embargo la tierra para cultivo era escasa y su acceso pudo ser controlado. Cuando la población creció y la faenas de pesca y recolección del mar fue intensificada, los derechos sobre las tierras servibles para la horticultura se convirtieron presumiblemente en más preciados y los asentamientos que regulaban el acceso a estas tierras serían aventajados con respecto a los que no lo eran.


                El cultivo era fácilmente combinado con la pesca en la boca de los valles, ya que éstos ofrecían un amplio espacio para las plantas de los humedales costeros. Ésta era la ubicación de Salinas de Cao, Aspero y otros grandes monumentos conocidos ya en la época en que MFAC se formuló. Sin embargo, la importancia de las tierras arables fue poco estudiada. A dos kilómetros del mar, en el Río Chillón, se encontró una anómala sección de plantas de río con 130 hectáreas de tierra arable. Este recurso, la horticultura, es ahora conocido como una locación adyacente de El Paraíso, un vasto complejo cantero expandido a través de 58 hectáreas14. Este monumental complejo es inusual por su increíble estado de conservación de recursos. La preservación de los restos encontrados en El Paraíso, no son un producto que se desvía de la norma, entonces, probablemente la gente que ayudó a construir este complejo, no residió en él durante todo el año.


                Los pescadores contribuyeron a la construcción y a la manutención de este gran monumento. Análisis de los restos de la dieta de los pobladores indica que la mayoría de las proteínas que consumían llegaron del mar. La gente que residía en algún otro lugar del litoral y que puso su fuerza laboral en este lugar, presumiblemente recibió a cambio, acceso a las tierras de cultivo adyacentes o a los productos que de ahí se sacaban. No está claramente establecido quién cultivó las tierras de El Paraíso, visitantes probablemente contribuyeron con esta labor durante el tiempo de sembrado y cosecha. Pero, por supuesto, debió de haber un importante control de los excedentes si los propios residentes de El Paraíso hicieron estas labores. La habilidad de movilizar fuerza de trabajo de una comunidad a otra y focalizarse en tierras de explotación es una marca de la organización jerárquica de las primeras civilizaciones.


                El Río Supe es de pequeño caudal, pero incluye parajes antiguos que han atraído la atención de científicos por mucho tiempo. Estos parajes que incluyen asentamientos y monumentos son productos de un precoz desarrollo que ha llegado a sobrepasar las expectativas teóricas. Por ejemplo Max Uhle, descubrió la costa de áspero casi un siglo atrás. Él describió estas 15 hectáreas como un esparcimiento de desperdicios ricos en carbono, como una zona parecida a un depósito de fundición. Sin embargo, Uhle no reconoció que ésta era una extensa comunidad marítima, porque él consideró que los pescadores eran primitivos y bárbaros de acuerdo con la teoría de la evolución de su tiempo.15 El lugar fue investigado nuevamente en 1943, pero incluso en ese momento no había ningún entendimiento de que los pescadores pudieran vivir en comunidades sedentarias y construir trabajos en la tierra. Es por ello que la datación o fechado de estos monumentos se mantiene en la incertidumbre. La mitad de una docena de plataformas de restos fueron descartadas como montañas naturales. Pero la situación cambió cuando los arqueólogos empezaron a identificar las fechas exactas de los lugares del precerámico a lo largo de la costa. La aceptación teórica de que las sociedades marítimas existieron y estaban evolucionadas para su tiempo se dio cuando Áspero fue una vez más investigada a principios de los 70.16 Las excavaciones demostraron que existían dos monumentos en la cima de las plataformas arqueológicas. Una era la Huaca de los Ídolos y dio fecha de 3055 a. C. en los ensayos de radio carbono y la otra era la Huaca de los Sacrificios que tenía dos siglos más de antigüedad que la anterior.17 


                En el tiempo de estas exploraciones se hicieron también otras en un complejo contemporáneo a los anteriores, es así que, fue reconocido al sur del valle, un yacimiento llamado Piedra Parada. Primeras fotografías aéreas del valle de Supe revelan la gran cantidad de lugares con rasgos arquitectónicos, de considerable antigüedad.18 En los 80, Frederic Engel identificó el complejo de Caral como un complejo de la época arcaica tardía y algunos de los lugares de la parte alta del valle fueron catalogados como productores de artefactos precerámicos.19 Los resultados recibieron poca atención porque ellos no formaban parte de la visión teórica del momento, que decía que largos asentamientos del precerámico estaban restringidos a las zonas de la costa.


                Shady y su grupo, identificaron y mapearon quince zonas de complejos precerámicos a 40 kilómetros arriba del curso del río Supe. Estas ruinas fueron las que soportaron su teoría de que la más antigua civilización de América se levantó en Supe. Esta propuesta se basa en nuevos datos y un reporte bien justificado.20 Aunque el concepto de civilización precerámica es revolucionario, no debería causar sorpresa. Las primeras zonas ocupadas en el área de Supe tienen una larga historia para superar las expectativas de la teoría evolutiva.


                Situada a más de 20 Kilómetros del mar, Caral es el segundo más grande asentamiento en el valle, superado sólo por 79 hectáreas de la zona llamada Era de Pando. Si bien Caral no es la capital del precerámico, es ciertamente una ciudad prehistórica tanto en tamaño como en diferenciación del espacio urbano. Existen ahí, barrios de clases más bajas donde los pobladores residían en humildes casas de caña. también se encuentran aquí canteras y construcciones con paredes de yeso pintadas. Otras construcciones similares a las de estudios de artesanos también fueron encontradas. Los cuartos de las élites estaban ubicados alrededor del centro cívico.


                El más grande monumento llamado la pirámide mayor cuenta con 153m. por 190m. de extensión, y se levanta en terrazas a 28 metros de altura. La cumbre es ocupada por patios y habitaciones normalmente con paredes adornadas por frisos geométricos. Este gran monumento tiene vista a una plaza rectangular que se encuentra encuadrada por más de media docena de otros montículos y monumentos. Todos estos montículos piramidales fueron construidos por partes, a través de épocas de uso. La mayoría se levanta en escalones o terrazas y algunos son asociados con altares circulares de fuego en la cima o en los niveles más bajos. Sin embargo, la configuración de cada montículo y sus construcciones en las cimas son únicas y los conceptos de diseño de cada una es mucho más variable que aquellas tradicionales iglesias católicas.


                Shady propone que los montículos piramidales eran templos y que Caral era un centro sagrado. Ella lógicamente está de acuerdo, con la idea de que la religión era el recurso único para la cohesión social y la forma del manejo de la política económica.21 La mayoría de eruditos están de acuerdo en que la gobernabilidad en el precerámico y en los principios de la era cerámica, aconteció en nombre de los dioses. Si las múltiples montañas piramidales de Caral, Áspero y otros largos complejos eran templos, entonces, las diferentes estructuras estarían dedicadas a diversos dioses. Diferencias entre el tamaño de cada plataforma en el panteón mostraba que no existía una uniformidad jerárquica. En Caral el templo más grande probablemente sirvió a la deidad de más importancia, mientras que los templos más pequeños sirvieron a las divinidades inferiores. No se puede determinar tampoco con seguridad que las diferentes comunidades tuvieran diferentes dioses como patronos. En lugares como Caral tampoco se puede determinar que congregaciones diferentes mantuvieran cada una un diferente templo o si los mantuvieron indistintamente por igual. Falta aun más investigaciones.


                La propuesta de que las primeras formaciones de Estados ocurrieron en el Río Supe se basan en el estudio de las construcciones de monumentos en 17 complejos precerámicos.22 La fuerza laboral necesaria para la construcción de estos lugares es superior a la que los residentes de este valle pudieron producir. Es por ello que se presume que existieron otros recursos que llegaron de otros valles para sustentar a los complejos de Supe.


                La formación del Estado en la región de Supe fue un proceso complejo y gradual. La integración de las poblaciones del valle debe haber precedido a la extracción de recursos de valles adyacentes. La integración local debe haber requerido tiempo. No existen motivos para creer que los 17 complejos arquitectónicos precerámicos fueron fundados al mismo tiempo. Pruebas de radiocarbono datan como 3055 a. C., la fecha de la más antigua cima de una de estas construcciones en la Huaca de los Ídolos en Áspero. Las estructuras más bajas de esta Huaca deben tener una gran antigüedad ya que las construcciones como se ha dicho anteriormente fueron realizadas por épocas de uso.


                Shady ha iniciado nuevas excavaciones en las costas de Áspero, para asegurar las fechas de las fases iniciales de la construcción de estos monumentos. Esto para corroborar la propuesta de que los complejos sociales tendieron a levantarse cerca de las orillas y después avanzaron hacia los valles. Inicialmente la agricultura debió practicarse por pequeños grupos y con el paso del tiempo debió ser dirigida corporativamente.


                Si Áspero es el más antiguo asentamiento en Supe, cabe la hipótesis de que los otros lugares fueron formados consecutivamente con la necesidad de un incremento de producción. El establecimiento de los asentamientos más distantes del mar no fue lineal, porque en la meseta de los valles el agua y la tierra rica para arar no estaba homogéneamente distribuida. Es importante determinar que el proceso de colonización de los valles fue el preludio de la formación de Estados. El moldeamiento de esta teoría parte de la presunción de que la organización de las poblaciones se basaba en sistemas de parentesco, similar a aquellas comunidades que les siguieron en el tiempo, como el ayllu. Si la población de los más antiguos asentamientos, como Áspero dieron lugar al crecimiento de nuevas colonias que se movilizaron tierra adentro y formaron más comunidades satélites, el conocimiento común de los ancestros pudo hacer que existiera una integración política y religiosa.


                La guerra es un tema recurrente en muchas teorías de la formación del Estado. La competencia por el poder sobre la tierra de cultivo creció conforme se dio el crecimiento de la población. Cuando se llegó a los límites de la explotación de los recursos, el orden social cambió. Las agresiones se convirtieron en algo común y la persistente hostilidad generó nuevas formas de jerarquía y liderazgo para lidiar con los problemas. Estas nuevas formas consiguieron la resolución de rivalidades internas, la protección de recursos locales y la captura de activos externos. La conquista y la incorporación de tierras ajenas condujo a la formación de Estados.23 Sin embargo la zona de Supe no fue fortificada y no existen evidencias de conflictos armados en el precerámico. Esto no es una sorpresa, si es que la religión era la principal fuente de cohesión e integración política .


                Finalmente, la hipótesis de que las civilizaciones andinas tienen una base marítima es más fácil de confirmar en Chile por tres razones. Primero, porque las primeras momias artificiales que se han descubierto en el mundo se encontraron en Chile, e incluyen un gran número de niños que heredaron su clase de élite y sus privilegios mortuorios, indicativos de los inicios de la formación de clases. Segundo, hay muy poca evidencia de que estos pobladores realizaron tareas de cultivo. Y tercero, análisis químicos de los huesos de un gran número de cuerpos encontrados indica que los pobladores obtenían el 89% de su dieta del mar.


                La pesca contribuyó a un complejo desarrollo en el Perú. Pero no está totalmente claro cómo la hipótesis marítima se articula con este desarrollo por dos razones. Primero el hecho de que las poblaciones también cultivaran. Y segundo, el hecho de que no exista ningún análisis de huesos humanos para comprobar la dieta de estos pobladores después del 4000 a. C. A falta de estos análisis, la relativa contribución de la pesca y la agricultura a la nutrición de las civilizaciones de la costa es especulativa.


     

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